Lo entiendo, hablar de "psicoaromaterapia para animales" suena como "nueva era", esoterismo y mucha floritura y algo "para mujeres". Esto es al menos lo que percibo cuando entro en protectoras o centros de educación canina, donde además se dedican a diario a recuperar perros profundamente traumatizados.
Este fin de semana tuve el honor de poder trabajar en un centro de referencia en España. En este centro trabajan con animales que han sido criados y empleados para pelear, y con perros que, por la razón que sea, se han vuelto agresivos.
Me he quedado impactada por la cantidad de animales que se encontraban allí, la energía que se percibía de algunos y por el trabajo realizado por las personas que llevan este centro.

Hablar de aceites esenciales y de su efecto sobre la psique del perro, provoca miradas de incredulidad, y más aún si nos encontramos ante perros que están tan "tocados" emocionalmente.
Pero si me permites profundizar solo un poquito en el tema, creo que todo cobrará más sentido.
¿Qué es un aceite esencial realmente?
Primero quiero aclarar que no me gusta emplear el término "aromaterapia" en mi trabajo. La mayoría de la gente relaciona la aromaterapia con un tratamiento de estética o de un masaje, y aplicar aceites esenciales por medio de un masaje a un perro, no es algo natural.
Además existe el peligro de una intoxicación si no se ha implicado al animal en la elección del aceite esencial.
Un aceite esencial es un compendio de cientos de componentes bioquímicos, también llamados "moléculas aromáticas". Los aceites esenciales son aproximadamente 75 veces más concentrados que la planta seca y en algunos casos, como la manzanilla alemana, se producen durante la destilación, bioquímicos que en la planta en estado natural no están presentes.
Algunas sustancias empleadas en Psico-Aromaterapia son desconocidas para la estética, como pueden ser el Tilo Nat.Id. o el Pink Lotus. Sin embargo, tanto estos aceites esenciales como algunos otros, son indispensables para llevar a cabo una sesión de Psico-Aromaterapia.
El olfato del Perro
Sabemos que para el perro, el olfato es uno de los sentidos más importantes para relacionarse con su medio.
Quién de nosotros no se ha sentido molesto por el olfateo de nuestro perro justo cuando tenemos prisa.

El perro tiene alrededor de 1000 receptores de olores diferentes mientras que el humano tiene sólo 350.
Estos receptores atrapan las moléculas de olor y dependiendo del aroma, estimulan ciertas zonas del cerebro.
El perro puede captar varios aromas a la vez pero el cerebro dará prioridad a una u a otra. Y hablando de "móleculas de olor", ahora sí es más fácil entender el efecto que tiene un aceite esencial, si sabemos que está constituído de cientos de moléculas aromáticas.
Entonces ¿qué ocurre a nivel del cerebro?
El efecto de los aceites esenciales sobre el cerebro ha captado la curiosidad de los investigadores y lo que se ha descubierto es que, por ejemplo, las moléculas aromáticas del jazmín o de la salvia esclaréa estimulan la glándula pituitaria para que segregue endorfinas, la hormona del bienestar. Otros ejemplos son el aceite esencial de Rosa o de Pomelo, cuyas moléculas aromáticas estimulan al hipotálamo para que segregue encefalinas, hormonas que regulan entre otras cosas, las interacciones neuronales.
La importancia de que el perro pueda elegir libremente o "Zoofarmacognosia Aplicada
La zoofarmacognosia se refiere al proceso mediante el cual los animales se automedican. Toman plantas y sus aceites esenciales, algas, arcillas y otros minerales naturales.
La palabra zoofarmacognosía fue acuñada por el bioquímico Elroy Rodriguez (Universidad de Cornell). La palabra significada ZOO "animal". PHARMA "droga, remedio" y GNOSIS "saber, conocimiento".
La zoofarmacognosia aplicada es el método que permite a los animales domesticados y mantenidos en cautividad, automedicarse. Durante el trabajo de Aromatics for Animals Psico-Aromaterapia nos basamos en este mismo principio. Muchos aceites esenciales tienen efectos similares y sin embargo, durante la sesión se ve claramente las sustancias que prefiere el animal.

En estos últimos años he podido ayudar a muchos animales con la ayuda de los aceites esenciales.
Hay casos que responden con sólo una sesión, y hay otros que necesitan más tiempo.
Pero hasta ahora no he visto ningún animal que no haya reaccionado a este método.
Es por eso que estoy tan convencida de que la psico-aromaterapia puede ser una gran ayuda en animales tan traumatizados como los que he visto estos últimos días.
Si tienes un perro que sufre ansiedad o miedo y quieres ayudarle pero hasta ahora no lo has logrado... regálale una sesión de zoofarmacognosis aplicada.